miércoles, 25 de marzo de 2009

RECOMENDACIONES PARA LEER UN LIBRO A LOS BEBES, LAS NIÑAS Y LOS NIÑOS PEQUEÑOS

Como docente y lectora de libros, puedo decir que las recomendaciones que se sugieren a continuación se han retomado de diferentes libros, de bibliotecólogos con los que he tenido la dicha de compartir el interés hacia la promoción de la lectura y de la experiencia de aula de 11 años. Es bueno seguirlas en el orden en que se mencionan y son susceptibles de adaptaciones.
1. Leer el libro con anterioridad para familiarizarse con el texto y los personajes para saber en dónde hay momentos de suspenso, para matizar la voz, acelerarla o desacelerarla, hacer gestos, sonidos, etc. Saber de dónde es el autor, el ilustrador y la editorial. Esos datos por irrelevantes que parezcan son muy recordados por las niñas y los niños.
2. Ubicar a las niñas y los niños en media luna, sentados en cojines o en sillas pequeñas y ubicarse enfrente mostrando el libro y haciendo lectura al revés del mismo, es una habilidad que se adquiere con un poco de práctica.
3. Escoger un momento del día en que se pueda leer sin cansancio y sin afán. A las 8 am es una buena hora para leer.
4. Mostrar la portada del libro y preguntarles antes de leer qué titulo tiene el libro y de acuerdo a la ilustración preguntarles qué creen que pasará o sobre qué se trata el libro.
5. Leer el título del libro, el autor, el ilustrador, la editorial y el país, y seguir las palabras con el dedo índice para que sepan en dónde se encuentran las palabras que se están leyendo.
6. Utilizar canciones que retomen los personajes del libro y entonarlas antes de iniciar la lectura del contenido del libro.
7. Invitar a un personaje (muñeco de peluche o títere) al momento de lectura y que lo tenga en sus piernas un niño o niña. El personaje anuncia el momento de lectura y los motiva a permanecer muy juiciosos durante la lectura del libro.
8. Colocar una canción que anuncie el momento de la lectura del libro para que las niñas y los niños se alisten y preparen.
9. Hacer que se coloquen: “gafas mágicas para ver mejor”, “orejas de elefante para escuchar mejor” y digan las palabras mágicas como: “abra cadabra, patas de cabra… vamos a poner atención de este libro a cada palabra” para que el libro se abra mágicamente y se dé inicio a su lectura.
10. Leer con expresividad (pronunciar palabras variando la voz: rápida, lenta, suave, fuerte, gruesa, delgada, con alegría, tristeza, pereza, como si se estuviera corriendo, o se estuviese asustado). Variar las voces de los personajes, una voz gruesa para un gigante, una voz delgada para una mariposa, una voz despaciosa para una tortuga, una voz gruñona para un tigre, etc.
11. Mantener el contacto visual con las niñas y los niños. Demostrar con los ojos: miedo, asombro, alegría, tristeza, mal genio, pereza, timidez.
12. Durante la lectura del libro hacer que se anticipen a lo que sucederá, cómo se comportará un personaje, qué sonidos producen los objetos y animales, preguntarles si conocen o tienen los objetos que hay en el libro o los animales que se muestran en las imágenes.
13. Cuando se termine el libro preguntarles cómo les pareció la historia, si les gustó o no y por qué. Hacer que dibujen a los personajes en su diario palabrario o cuaderno integrado, en hojas o fichas para luego hacer libros artesanales.
14. Darle un aplauso al libro y a su interesante historia para agradecerle al autor e ilustrador por regalárnosla.
15. Quitarse las gafas y orejas para guardarlas junto con los polvos mágicos para otro momento de lectura.
16. Guardar al personaje invitado y el libro.
Cada momento de lectura de un libro, es un momento mágico y de la forma como se leído el libro las niñas y los niños empezarán a sentir gusto por ellos, ya que se sienten identificados con algunos personajes, lugares u objetos, sienten las sensaciones de los personajes al ser transmitidas con voces variadas y miradas que reflejan sus alegrías, tristezas, miedos, etc.
Un libro es una excusa perfecta para compartir con las niñas y los niños las historias que los autores nos regalan en sus libros. Es una buena excusa para conversar sobre los personajes y objetos, los lugares y las situaciones que viven en la historia.
Finalmente, a manera de conclusión retomo lo planteado por FUNDALECTURA en: Leamos con nuestros hijos. Guía para padres con niños de 0 a 6 años. Bogotá, 2005:
“Leer es una forma de comunicarnos, de entender el mundo que nos rodea y aprender sobre nosotros mismos. Compartimos lo que otras personas vivieron o imaginaron, sus ideas y puntos de vista, sus formas de confrontar dificultades y de relacionarse con otros. Al leer, nos emocionamos y comprendemos cómo funcionan las cosas, descubrimos otra manera de ver la realidad para construir un mundo personal distinto.
La voz, la musicalidad del lenguaje (ritmo y entonación), el rostro y cuerpo de los padres y maestros son el primer libro de los bebés, las niñas y los niños. Descubren poco a poco que las palabras son efectivas para comunicarse y disfrutan la narración de historias y la lectura de los primeros libros. Su lenguaje se enriquece, conocerán más palabras y sabrán cómo usarlas al hablar, cuando lleguen a la escuela, para iniciar el aprendizaje formal de la lectura y la escritura, les será más fácil, porque han escuchado las palabras, podrán escribirlas porque ya conocen su significado”.

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